Fantasía, romances, acción, sangre y vampiros. La "elaborada" receta de Crepúsculo ha maravillado a los paladares de medio mundo, en especial a los adolescentes. La saga creada por Stephenie Meyer ha encumbrado a la jovencísima pareja protagonista de las películas: Kristen Stewart y Robert Pattinson.
Como sabes, Kristen Stewart es una joven mortal, como tú o como yo (lo siento adolescente, no soy un vampiro), llamada Bella Swan. En el primer libro, Meyer nos cuenta que Bella se traslada con su padre a Forks (Washington) donde conocerá a un vampiro de 104 años, pero muy bien llevados, llamado Edward Cullen.
La historia posterior no es un prodigio de la innovación en cuanto a guión: chica se enamora de chico, chico se enamora de chica, antagonista trata de impedir eseamor, aventura, chico salva a chica, beso final. Solo que el beso, en este caso, es especial, porque él tiene unos prominentes colmillos chupasangres.
¿Y qué aporta Bella Swan (Kristen Stewart) a esta ecuación?
Al principio tenía mis dudas porque su angelical expresión no parece capaz de impresionar a un vampiro que supera el siglo de edad y que las ha visto de todos los colores. Luego caí en la cuenta de que Kristen Stewart tiene uno de los labios más sensuales del cine. Y los utiliza con maestría.
Tal vez se trate de una expresión involuntaria de su boca. De hecho, en la foto que abre la noticia, tomada en un día de vacaciones, la actriz reproduce la misma expresión. En ese caso, bendita involuntariedad. Ni ajos, ni estacas, ni balas de plata, ni fuego, para derretir a un vampiro sólo hacen falta los labios de Bella Swan.
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